viernes, agosto 03, 2007

martes, junio 12, 2007

10,

A la orilla del camino, apoyada en un árbol, una escalera.
Es posible que una vez haya soñado con una escalera.
Nunca recuerdo lo que sueño, ni me importa
lo que el doctor Freud diría de eso.
Una vacuna para el mundo que ignora su enfermedad.
Una vacuna contra el hombre que es enfermedad él mismo.
No quiero pastillas ni inyecciones. No quiero ninguna cura
que no esté en mí mismo. Soy una escalera.



Martín López-Vega
Poema extraído de su libro "Extracción de la piedra de la cordura".
No hace falta decir que lo recomiendo. Sobre todo en caso de ruptura emocional.

martes, abril 17, 2007

II

Mi amor me dijo un día:
-No olvides que te quiero y olvídate de mí.
Yo intento obedecerla,
partirme en dos y ser como el ángel de Borges
que volaba a la vez a oriente y occidente,
al norte y hacia el sur.
Partirme en dos y que uno de nosotros
pueda seguirla siempre,
pueda siempre creer que no se ha ido.

Al hombre que no olvida que le quiere
no lo van a vencer ni el tiempo ni la duda;
no podrá la tristeza cavar en él sus minas
o el desánimo abrir sus embajadas.
Y tachará las sombras,
simplemente,
con escribir su nombre:
como cuando corrige la oscuridad del mundo
la gramática blanca de la nieve.

El hombre al que suplica que la olvide,
sufrirá la distancia,
la amargura,
el silencio implacable que latido a latido
forma
su perla negra
dentro del corazón.
Y todo será igual que beber con las manos:
el agua que retenga no va a apagar su sed
y el agua que se escape, se llevará su vida.

Por las noches,
los dos
duermen pensando en ella.
Y al despertar,
hay uno a quien va a herir el sol
-porque los sueños arden con la luz
y la verdad, a veces, es una quemadura-
y otro que va decirle:
-Como yo sé que sólo aquel que acepta el vértigo
se merece las cimas,
mi amor, sigue matándome,
que para mí no hay muerte más hermosa
que morirme sin ti mientras te espero.



Poema de Benjamín Prado. Incluido en su último libro "Marea humana".
Impresionante por cierto.

lunes, marzo 12, 2007

Teatrillo para principiantes

Alimentábamos la esperanza
con papeles secundarios
con pequeños cameos
y apariciones fugaces
o autoreferencias intertextuales.
Revisitando los lugares
de antaño
o configurando un nuevo marco
para las relaciones esporádicas.
Y fui el amigo
fui el amante
fui el confidente
nunca el confesor
fui el otro
el enamorado de la luna
el distante y el herido
el hiriente y el excusable
el traidor, el mártir,
el olvidado y el necesario.
Y la herida abierta
y la montaña rusa
y el concurso de máscaras
y la vida por viñetas
con bocadillos sin palabras
con encuentros sin sustancia.
Un necesario corto olvido
una memoria innecesariamente golpeada.
No todo es una letanía.
"No" a veces indica afirmativo.
En el lenguaje universal
palabras con carga de pensamiento
explicitan el rumbo del pensante.
En el lenguaje poético
versos con carga de sentimiento
indican el camino al poeta.

miércoles, febrero 28, 2007

El ojo que todo lo ve

El ojo que todo lo ve
está ciego
lisiado por el claroscuro
por el tenebrismo
y por la experiencia absoluta
hacia la inexperiencia del absolutismo.
Nada fructifica,
no hay aprendizaje
sólo construcción en el aire
autodidacta.
No hay maduración
sólo maceración de laceraciones
y versos ínclitos que versionarán al alza
las consonancias que ahora evito
porque el lenguaje de mi vida
ha omitido el nombre
por el mensaje.
Porque el personaje
ha elegido conforme
a lo inesperado
en un gradiente
hacia la imagen fugaz
de una imagen feliz.

El duelo

En la fábula
en la mentira
en la estrategia de la no estrategia
habita un romántico ideólogo de posibilidades
y de prohibiciones. Un herido grave por las fechas,
un pronto olvido, un olvidado en el funeral,
un recurso gratuito para las proposiciones,
para la indignidad.
Ven a mí
ven a mí
ven a mí

Susurran en la ausencia los inolvidables.
No podré hacer pretexto de esta vivencia.
Duele demasiado como para recordarlo.
Ahora sólo quiero dormir
sólo quiero dormir
y sólo quiero despertar.
He decidido que puedo renunciar a todo
que quiero renunciar a todo
si es el todo lo que me espera.

Si el vértigo no me suicida
no lo hará el recuerdo ni la presencia.

lunes, febrero 26, 2007

Abierto a media jornada

Cuando escribir no significa nada
salvo dar señales de vida
o mantener bajo llave la praxis
para anunciar el nuevo comienzo
en un futuro no muy cercano
ni certero.

He vuelto, por oposición a las mareas y a las inercias que crecen.
Por violencia, por despecho, por indignidad, por desamor, por desesperanza, por metáforas, por metaliteratura, por todo y por nada.
Para destruir lo imperecedero.
Para ser el loco, para ser el cuerdo.
Para ser el mejor hombre que puedo ser.